Ayer sábado. Eran la 1pm. Mi hermana iba a preparar hamburguesas y a pesar de que he vuelto a comer algo de carne roja por la anemia que me aqueja, no sentía que era lo que quería comer. Había salido el sol y realmente el calor era demasiado como para una carne roja.
Y tuve la idea de que, a pesar de que era tarde para organizar mi almuerzo (porque todos los demás ya estaban prácticamente sentados en la mesa), de irme al mercado de Santa Cruz, a menos de 1km de mi casa. Llegué al mercado y no sabia si me provocaba un ceviche o un pescado frito y además apanado. Quería pescado… todo lo demás ya dependía de qué tan complejo quería hacerme el almuerzo comprando ingredientes variados para el ceviche o simplemente apanaba mi pescado y lo freía acompañándolo con ensalada y un poco de arroz.
Cualquier presentación era buena, cualquiera!
Me acerqué al puesto en el que mi madre suele comprar los productos marinos. Había variedad de pescado pero quería probar algo que nunca había comido… lo que mas me sonaba era la corvinilla. Es un pez que se moviliza en una area extensa… desde Piura hasta Iquique, en Chile. Esta cercano a las costas, en las profundidades del suelo marino. Esto recien lo aprendí cuando llegue a mi casa e investigué en internet. Mi madre me recomendó que lo chequeara porque a veces en Peru hay zonas en donde deshechan grandes cantidades de desperdicio…. el mar contaminado…. etc, etc y en donde viven diversidad de peces. Es bueno estar al tanto… Se nota mi ignorancia sobre el mar peruano y sus productos… en fin, no somos perfectos 🙂
La persona que me atendió me dijo que era casi lo mismo que la corvina pero mas chico. En fin, decidí probar y pedi que me filetee un pescado de 1kg aproximadamente. Algo me ocurrió en ese momento, fue muy extraño porque no esperaba tal percepción. El dependiente empezó a cortar. Primero sacó las aletas… y abrió el pescado para sacar las vísceras. En todo momento observe la escena porque pretendía aprender como se filetea un pescado y así comprarlo entero la próxima vez y hacerlo en mi casa. Me encontré mirando detenidamente el ojo del pescado. Y de pronto tuve un sentimiento…. y empecé a agradecerle pues había contribuido en mi evolución en este plano. Fue sumamente extraño…. empecé a mirar los ojos de los otros pescados y les dije: «Gracias, Gracias, gracias por acompañarme en esta experiencia y permitir que me alimente de ustedes. Perdón si sintieron algún sufrimiento hasta llegar aquí».
Percibí realmente que una confabulación se había llevado a cabo… por milenios. Vi la cadena alimenticia pasar delante de mis ojos… y de pronto todo a mi alrededor parecía transformarse en una escena sureal en donde los demás elementos vivos, llamémosle ingredientes vegetales y frutos, de los puestos cercanos también habían sido parte de aquel acuerdo primario para ser quienes debían ser dentro de la experiencia, no solo del humano, sino de ellos mismos.
Parece una locura o una exageración melodramática para muchos quizás al leer esto… inclusive yo podría decir que si, que fue un momento de locura, pero no lo diré. Lo diría si es que no hubiera vivido nada de lo anterior a esta nueva percepción. Lo diría si es que mi nexo con la energía a través de todos estos años no fuera lo que es. Le diría a mi familia que algo me pasa que no entiendo. En fin… lo diría si es que no conociera nada de mi. Pero a pesar de lo extraño en un primer momento, puedo suscribir dicho acuerdo de origen, tomando de la mano aquellas lineas distintas de experiencia en este plano para unirlas en una sola percepción. Quizás la explicación suene compleja, pero la observación fue tan simple y definida… que me parece no intervino la mente consciente, ni el corazón… fue un estado no-estado, un momento «Ajá!» de aquellos que ocurren en un instante y luego vuelven a la consciencia universal.
Y entendi los acuerdos tácitos… y entendí aun mas a mi cuerpo debilitado en estas épocas… por querer ser perfectamente «sana» dentro de los estándares de este plano… y me fui sonriente porque entendí algunas cosas que antes pretendía entender o más bien que anhelaba incorporar sin antes haber entendido aquel acuerdo.
Ayer y hoy comí pescado… calamares, langostinos… conchitas… disfruté de mi familia bonita… de un ambiente sano y gregario… tengo presente el ojo de la conexión, de la confabulación original… y de aquello que nos une Aqui y Ahora.
~mqgr
mil universos 